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viernes, 4 de febrero de 2011

Panteón de Agripa

Bueno, como primer artículo presento el Panteón por dos motivos: en primer lugar porque es un edificio que, aunque parece sencillo de fuera, dentro es rico en significados y la decoración es realmente bonita, y en segundo lugar porque fue reconstruido por el emperador Adriano, uno de mis emperadores favoritos. Así pues, ¡vamos allá!

Como bien indica la inscripción que se encuentra en el frontón, la construcción del Panteón fue encargada por Agripa, probablemente alrededor del año 27 a.C. durante su tercer consulado, pero en el año 80 un incendio destruyó el templo casi en su totalidad, siendo restaurado por el emperador Domiciano posteriormente y, más tarde, reconstruido por el emperador Adriano entre los años 118 y 128 tras otra destrucción que sufrió el Panteón en tiempos del emperador Trajano, predecesor de Adriano.
No se sabe del todo cuál fue el arquitecto que se encargó del edificio, pero se habla sobre Apolodoro de Damasco, un conocido arquitecto sirio que, según se cuenta, no se llevaba demasiado bien con Adriano y que llevó a cabo otras construcciones como por ejemplo el Puente de Trajano y la misma Columna Trajana.

Esta es la planta del templo. Al edificio, colocado en una plaza, se accede a través de una pronaos (pórtico) con ocho columnas monolíticas de orden corintio delimitadas por cuatro pares de columnas también de orden corintio. Estas ocho columnas, de granito, sujetan un entablamento liso con un frontón a dos aguas. En el entablamento liso encontramos la inscripción que nos señala que fue Agripa quien encargó el edificio: M·AGRIPPA·L·F·COS·TERTIVM·FECIT: "Marco Agripa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, (lo) hizo".
Tras pasar la pronaos, se encuentra el lugar de transición entre esta y la naos, la parte del templo más importante. En este lugar de transición se encuentran unas puertas de bronce muy grandes para acceder a la cella.
La cella es la parte circular, la cual está construida a base de cemento (opus caementicium) y ladrillo (opus latericium) y revestida en mármol. Las líneas que se observan alrededor del tambor señalan los tres pisos superpuestos que distribuyen el peso de ocho pilares internos repartidos por la planta de la naos.
Sobre el tambor se levanta la cúpula, que integra una parte dentro de esta construcción circular, y que contiene justo en el centro un óculo cenital de 9m de diámetro, y que da luz y ventilación al templo.

En las paredes que se encuentran en la parte interior del templo, encontramos diversas capillas y hornacinas intercaladas y un ático con ventanas cubiertas con celosías. Sobre este ático descansa la cúpula con una altura de 43,2m y que contiene casillas que se van haciendo más pequeñas a medida que se acercan al óculo cenital.

El Panteón estaba dedicado a las divinidades del Olimpo: pan "todo", theos "dios". El interior del Panteón representa la cosmología romana: las siete ábsides estaban dedicadas a los siete dioses celestes y la cúpula simbolizaba la cúpula terrestre que, según los romanos, cubría la Tierra, mientras que el óculo cenital representa el Sol.
Este templo fue concebido, primeramente, como espacio de unión entre los Dioses y el hombre. Más tarde, el emperador Adriano también lo usó como tribunal público. En el año 609, el Papa Bonifacio IV lo consagró como la Iglesia de Santa María de los Mártires y durante la Edad Media fue usado como mercado.

El uso de la cúpula en este edificio romano encuentra su origen en Mesopotamia y Micenas, y la planta circular proviene del thólos de origen griego.


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